jueves, 7 de abril de 2016

Una Ruptura Materializada


En el primer tercio del Siglo XX el muralismo, lejos de seguir siendo un medio de representación de las clases bajas del país, un medio de lucha artística ante el gobierno y de representación de los ideales de nación, se fue convirtiendo poco a poco en  un medio de élite. Un lugar donde sólo los artistas consolidados como Rivera, Siqueiros, Orozco, O'Gorman, por mencionar algunos, tenían cabida. 

Las nuevas generaciones no podían meterse a este medio. Era difícil. Se tenía que lidiar con las viejas ideologías. 

Es por esto que las nuevas generaciones comenzaron a ver el arte con otros ojos. Ya se había establecido en buena parte una ideología nacional, con ayuda del muralismo en gran medida, y ante la llegada inminente de extranjeros al país por las guerras mundiales.

Esto hace que en el país haya una exploración más abstracta y profunda del arte. Nuevas técnicas, nuevos pensamientos lejos de lo político y social pero aún cargado con un carácter nacional.

Un ejemplo material de esto es la Zona Escultórica de Ciudad Universitaria. un lugar donde esculturas de Matias Goeritz, Sebastian, Helen Escobedo y Felguerez, entre otros.

Si bien este espacio es concedido ya pasada la mitad del Siglo, aún nos habla de cómo se vivió la ruptura artística en el país, quiénes fueron sus protagonistas y cómo veían ellos el arte.

Pero no sólo la escultura formó parte de este movimiento. También, aunque aquí no se muestra, el dibujo de la mano de artistas como José Luis Cuevas, o la pintura de Rufino Tamayo, nos habla de este movimiento nacional. 










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