jueves, 7 de abril de 2016

Un taller de rotulación

El muralismo no ha muerto(?)



El muralismo se convirtió a principios de siglo en el gran acierto para la educación del país. Una manera sencilla de crear un sentimiento de nación. Una cultura nacional. Y la gráfica, desde momentos anteriores, se había convertido en el medio por excelencia para la proliferación de ideas.

Tal vez la rotulación en el país forma parte de una combinación de estas. Una forma de adaptación de los procesos a  lo popular. Un anuncio, un dibujo fuera de un negocio, un "Se ponchan llantas gratis" hacen ver la creatividad del mexicano. La forma en que diferentes corrientes se popularizaron para poder realizar comunicar de manera visual en la calle, en los negocios y vecindades.





Es por eso que, si bien sólo tome dos días, me atreví a entrar a un taller de procesos de rotulación. Un proceso que ha ido cambiando a lo largo del tiempo y que, para desgracia de quien lo practica y de la propia cultura urbana, ha ido desapareciendo a lo largo del tiempo.

En el taller se vieron diferentes formas de escritura, creación de pinturas desde cero y diferentes técnicas durante el pintado.

Uno podría pensar que la rotulación es algo sencillo, pero dentro del taller te das cuenta que es más complicado de lo que parece.

El taller se impartió en el Centro Cultural Casa de Hijo del Ahuizote que, dicho de paso, fue el lugar de nacimiento de este popular periódico que se caracterizó por ser el opositor durante el tiempo del porfiriato.


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