jueves, 7 de abril de 2016

Rafael Lozano-Hemmer

Hemmer pertenece a ese inicio de generación que me recuerda a obrar tecnológicas como las de Tania Candiani, o cualquier de obra que puede ser observada sin problemas en el Laboratorio Arte Alameda.

Pero Hemmer va un poco más allá. Lejos del carácter tecnológico que caracterizan a su obra, nos habla con ellas de un modo social. Coloca sus obras en un mapa mundi donde estas pueden ser interpretadas de una manera global. Pero tal vez su nacionalidad mexicana da como  orientación la regionalización de los problemas presentados.

Cámaras que siguen recordando al "Gran Hermano" donde todos somos vigilados. Cinturones que nos siguen, recordando el gran machismo y violencia familiar que existen no sólo en el país, sino en muchas sociedades mundiales. Noticias periodísticas que se desvanecen al contacto con el espectador que nos hacen ver cómo es que una noticia deja de ser noticia en tan poco tiempo. Forma a ser parte de la gran nada de información que nos ataca minuto a minuto.

Eso es la gran importancia de Hemmer. El mezclar la tecnología con lo social. Hacer que la interacción del público haga más agradable el mensaje.

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